Algo que no sabías del Servicio a la Rusa

El príncipe Alejandro Borisovitch Kourakine, embajador ruso en París en 1830, introdujo el llamado "servicio a la rusa", cambiando la forma en que las comidas se habían servido durante cientos de años.


Durante el reinado de Luis XIV y hasta el siglo XVIII, las comidas formales se servían " a la francesa". Las comidas "a la francesa" sobrevivieron hasta esos días como "bufé", y originalmente eran banquetes ofrecidos a numerosos invitados por un huésped a menudo muy adinerado, como forma de exponer la opulencia culinaria y la abundancia sin límites. Un ágape servido a la francesa se divide tradicionalmente en tres partes (servicio de sopas y pescado, asados y dulces), cada uno comprende diversos platos, todos dispuestos en la mesa y rodeados por decoraciones culinarias y entremeses. El asado presentado durante el segundo plato era la auténtica estrella de la comida, y que conseguía reunir a menudo las formas más espectaculares del arte culinario.

En una comida "a la francesa" se suponía que los comensales formaban coro alrededor de la mesa y ellos mismos se servían, escogiendo lo que más les apetecía. Los sirvientes intervenían poco, limitándose a poner la mesa antes de que los invitados aparecieran y a retirar platos para crear más espacio disponible a una nueva ola de manjares. El servicio " a la rusa", introducido por el Príncipe Kourakine y luego popularizado por Urbain Dubois, supuso que los comensales permanecieran sentados alrededor de la mesa y los platos se servían por orden, uno tras otro. Aunque la razón principal del cambio fue la de permitir que los platos se sirvieran calientes (en el sistema " a la francesa" la mayoría de platos acababan fríos o templados), "el servicio ruso" introdujo cambios fenomenales en la etiqueta de la mesa: los invitados asumían un rol más pasivo y el servicio se convirtió en el pivote central del ritual de la mesa.

Los comensales sentados eran servidos por un "Maître d´Hôtel", que dirigía a un equipo de camareros, generalmente uno por cada comensal. Es entonces cuando platos y utensilios tienen asignados una disposición particular en la mesa: el bajoplato, (la servilleta colocada sobre el plato como decoración) y la cubertería con el cuchillo (la hoja encarada para el interior) y la cuchara a la derecha del plato y el tenedor a la izquierda. 

Los platos se servían desde la izquierda y se retiraban desde el lado derecho, el lado del que debía servirse el vino. Los sirvientes tenían que dominar las tres principales técnicas de servir los platos, y que aún hoy se enseñan en escuelas de hostelería: el servicio " a l´assiette" (retirando el plato vacío y reponiéndolo luego), el servicio "a la pince" (servicio directamente en el plato del comensal desde una bandeja con ayuda de pinzas) y el servicio "au gueridon" (en el que el plato se ofrece al invitado primero para que lo admire, y luego se coloca en una mesita contigua de pedestal -gueridon- para prepararlo y servirlo. 

El servicio "au gueridon" preparó el terreno para un más dinámico papel del chef y del personal al cargo del servicio. No sólo se traían asados a la mesa auxiliar para ser magistralmente trinchados, sino también pescado y vegetales, de manera que su frescor y magnificencia pudieran ser contemplados. Una evolución posterior del gueridon, el carrito a ruedas y con los platos a disposición de los comensales, reintrodujo la posibilidad de escoger un plato entre muchos, tan típico del servicio "a la francesa".