Armonía, reverencia, pureza y calma. Éstos son los cuatro
elementos que representan la encarnación de la Ceremonia del Té en el Japón. La
naturaleza y el arte se mezclan armoniosamente en el salón de té y su tranquilo
jardín. El principio de la refinada sencillez enseñado por los antiguos maestros
se observa estrictamente. Cualquiera que sea el rango de uno en la vida, rico o
pobre, noble o plebeyo, el salón de té nos iguala a todos. Los reyes y sus
súbditos se tocan las rodillas y, durante ese corto espacio de tiempo, en el
salón de té, todos son uno.
El culto al té, llamado comunmente la "ceremonia
del té" (en Japón), es un pasatiempo estético que consiste en servir y beber té
verde.
Proveniente de Japón, el culto al té ha jugado un importante papel en
la vida artística del pueblo japonés durante más de cuatrocientos años, ya que
tiene su origen en la edad media como una forma de esteticismo ético nacido bajo
la influencia del budismo zen.
De hecho, en el ideal de la ceremonia del té
puede vislumbrarse una imagen del japonés que encuentra las virtudes de la paz,
la armonía, la cortesía y la belleza en las cosas más sencillas de la vida.
La chanoyu o "ceremonia del té" reúne la presencia de la religión, la
literatura y la filosofía, así como del arte y la artesanía.
Hay
determinados aspectos sobre las principales formas del ritual del chanoyu que un
occidental puede no entender. Por ejemplo: hay una diferencia entre el usucha
(té verde espumoso) y el koicha (té pastoso y denso); la etiqueta que el
anfitrión debe observar al servir el té y qué deben hacer los invitados a la
ceremonia; el espectáculo de los salones de té y los jardines; los distintos
utensilios utilizados, etc. La lista de palabras japonesas asociadas al chanoyu
es larga y exhaustiva y no te aburriremos mostrándola.
Baste decir que estar
presente en una ceremonia del té como invitado es todo un honor.